El pasado sábado 5 de abril, el Velódromo Municipal de Montevideo volvió a ser epicentro de una de esas noches imborrables para la historia del rock rioplatense. Los Fundamentalistas del Aire Acondicionado, la banda que surgió como acompañamiento del Indio Solari y que hoy tiene vida propia, ofrecieron una velada cargada de emoción, fuerza colectiva y pura liturgia ricotera.
Desde temprano, el Parque Batlle se convirtió en una peregrinación de remeras, banderas y mates compartidos. Llegadas desde Buenos Aires, Córdoba, Tucumán, Chaco y otros rincones de Argentina, las columnas de fans cruzaron el charco con sus trapos y su devoción intacta. En cada bandera flameaban no solo nombres de ciudades, sino historias de viajes, afectos, rituales compartidos y pasión por la música.
El clima ya era festivo cuando irrumpió La Calenda, cuerda de tambores del Barrio Sur, que le puso ritmo montevideano a la espera con una intervención potente que encendió los corazones. Ya para las 21:00, el Velódromo desbordaba de gente —la cancha llena y las tribunas vibrando— cuando los Fundamentalistas salieron a escena.
Lo que siguió fueron casi tres horas de música y comunión. Un setlist de 33 canciones que recorrió lo mejor del repertorio de Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota, sumando también joyas del universo solista del Indio y piezas que los propios Fundamentalistas han sabido hacer crecer por derecho propio. Como ya es habitual, el Indio apareció en pantalla en algunos momentos clave, reforzando la presencia simbólica de quien sigue siendo un faro para esta comunidad.
La banda demostró una vez más su potencia escénica y musical. No es solo el legado del Indio lo que mantienen vivo: es su propio camino lo que están construyendo, con un espectáculo de gran nivel técnico y emocional. Dos breves pausas de cinco minutos apenas bastaron para tomar aire: el resto fue un vendaval sonoro y emocional sin descanso.
Y como siempre, el público tuvo su rol protagónico: cada canción fue coreada con el alma, cada silencio fue un grito contenido, cada bandera alzada fue una declaración de principios. No hubo indiferencia posible frente a semejante demostración de entrega colectiva.
Foto: KVKFOTOSEn resumen, la misa ricotera sigue viva y goza de excelente salud. Los Fundamentalistas son heraldos de buenas noticias: la música puede seguir convocando, emocionando y uniendo en tiempos donde hace tanta falta.
Crónica de Martin Buschiazzo para @vinilifico
Se agradece especialmente a la productora Piano Piano @pianopiano_uy por permitirnos cubrir el evento
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